En qué consisten las dietas disociadas
Las dietas disociadas es una tendencia dietética muy extendida en
todo el mundo que se basa en no tomar juntos en la misma comida los
Hidratos de Carbono (arroz, maíz, pasta, patatas, pan, boniatos, tapioca
o cualquier otro cereal) y la Proteína (carne, pescado, huevos, queso,
leche, yogur, gluten o seitán, tofu, tempeh, soja, levadura de cerveza,
alga espirulina, frutos secos, lentejas, garbanzos o cualquier tipo de
legumbre o poroto)
Las dietas disociadas se basan en que cada uno de estos grupos de
alimentos requiere un PH diferente en el estómago para digerirlos bien y
asimilar adecuadamente los nutrientes.
La fruta, como norma, siempre fuera de la comida. Sólo la manzana y
la pera se consideran neutras y se tolera que de vez en cuando se tome
después.
Como norma es mejor no mezclar diferentes tipos de fruta. Si lo hacemos intentar no mezclar frutas dulces con ácidas.
Los alimentos grasos, como los yogures y los frutos secos, combinan bien con todo y pueden tomarse con lo que sea.
Ventajas de las dietas disociadas
Son dietas muy sencillas de hacer. Sólo hay que recordar que alimentos son Proteínas o Hidratos de Carbono.
No hay que contar las calorías ni pesar los alimentos por lo que es
ideal para las personas muy ansiosas o que no toleran las restricciones.
Te permite comer de todo, con lo cual no te obliga a hacer un cambio
drástico en tu alimentación ni tener que comprar alimentos caros o
difíciles de encontrar.
Con las dietas disociadas la gente mejora muchísimo su digestión ya
que la mezcla por ejemplo de carne con patatas hace la digestión más
lenta, con fermentaciones que favorecerán la hinchazón abdominal y el
aumento de peso.
Inconvenientes de las dietas disociadas
No son dietas demasiado adecuadas para los vegetarianos estrictos ya
que, al no combinar las legumbres con los cereales, es muy difícil
conseguir todos los aminoácidos esenciales.
Además el hecho de no
tomar la fruta después de las comidas hace que si no tienes el hábito de
tomarla como desayuno, luego, ya no te acuerdas de tomarla a media
mañana o a media tarde. El resultado es que puedes acabar tomando menos
fruta.
Ejemplo de un menú de dietas disociadas
Desayuno
Para beber: té, café, infusiones o un zumo de fruta.
Yogur
con cereales / tostadas con mermelada / fruta con yogur / fruta. A
cualquiera de estos posibles desayunos se pueden añadir algún fruto
seco, en poca cantidad.
Almuerzo
Verduras (crudas, estofadas, hervidas o
como queramos) con a arroz, maíz, pasta, patatas, pan, boniatos, tapioca
o cualquier otro cereal.
De postre tomar yogur, manzana, pera o unos pocos frutos secos.
Una infusión, un té o un café.
Merienda
Tomar una opción diferente del desayuno pero en menor cantidad.
Cena
Verduras más una proteína (carne, pescado,
huevos, queso, leche, yogur, gluten o seitán, tofu, tempeh, soja,
levadura de cerveza, alga espirulina, frutos secos, lentejas, garbanzos o
cualquier tipo de legumbre o poroto)
De postre tomar yogur, manzana, pera o unos pocos frutos secos.
Una infusión relajante y digestiva.
Observaciones de las dietas disociadas
Al principio uno/a se vuelve majareta pensando que si esto es una Proteína o un Hidrato, que si combina bien o mal.
Hay
muchas tendencias dietéticas que se basan en este sistema (Shelton,
Antidieta, Montignac, etc.) Siempre veremos alguna diferencia entre
ellas (unos combinan el yogur con todo, otros con nada) lo cual a menudo
nos crea conflicto.
Mi consejo personal es que si nos decidimos a seguir esta tendencia
dietética intentemos variar al máximo de alimentos para garantizar que
no tomamos nada en exceso ni lo echamos en falta y que sobretodo vayamos
a la letra grande que es no mezclar la proteína y los Hidratos, en gran
cantidad.